Sueños
-Entonces, ¿qué pasará ahora?
-Eso solo tú lo sabes.
-Debo seguir buscándola. Pero no se dónde comenzar.
-La última vez que la ví estaba por allá.
Alzó su brazo y me mostro un monte muy alto. Quedamos en silencio un momento. Observando aquél lugar.
-La extrañas ¿verdad?
-Sí, mucho. ¿Y tú?
-También. Yo creo que esta en una fase. Ya le pasará y volverá. Si se fué, fué por algo. Tal vez no quería que la vieramos.
-Tal vez...
Estuve ahí hasta el anochecer. La Dríada me dió unos frutos para comer. Los comí y después me despedí de ella. No sé como, pero cinco minutos después ya estaba del otro lado del bosque. La noche era oscura. Seguí caminando, siquiendo el oscuro sendero que llevaba al monte. Estaba lleno de rocas y tropecé más de una vez.
Llegué a la cima minutos antes de la salida del sol. Y antes de que la oscuridad se desvaneciera por completo, la ví. Estaba ahí, apenas y alcanzaba a verse. Era solo un pequeño hilo de luz. Una línea curva tan fina. La llamé por su nombre y esperé la respuesta. Escuché una débil risa. El sol no esperaba e iluminó todo el lugar haciéndola desaparecer. Entonces no quedó mas que esperar. Me senté ahí pensando que le diría. Me pregunté que nos preparaba el destino. Ya no podía ver claro lo que seguía. Comencé a cerrar los ojos y caí en profundo sueño.
Había un mar agitándose fuertemente. La Lunna llena brillaba en lo alto y el mar azotaba fuertemente en la arena. Y ahí estaba yo. Intenté meterme al mar pero las olas me sacaban bruscamente. Vi a lo lejos una figura oscura sobre el agua. Parecía una visión, como un espíritu. Sentí su mirada aunque en su cara no habia ojos. Después pareció sumergirse. El mar gimió muy fuerte. Temblé de miedo y desperté bruscamente.
¡Ahora lo entiendo!
Me levanté lleno de tristeza y dí vueltas a todo el lugar.
¿Era eso en realidad lo que pasaba?